¿Qué sabes sobre ti?

¿Qué sabes sobre ti?

Cuando alguien te pregunta quién eres, ¿qué es lo que sueles responder? ¿Hablas de tu trabajo? ¿Hablas de lo que tienes? ¿Hablas de lo que te gusta? Qué respondes cuándo te hacen la famosa pregunta: “¿Y tú cómo te defines?”

Vamos a charlar sobre una de las relaciones más importantes que podemos tener en la vida, que es la relación con nosotras mismas.

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Muchas veces, nos obsesionamos con estar bien con los demás, con caer bien al resto, aunque aquello, hay que decirlo, nos cueste la calma, nos quite un poco de vida y nos consuma.

Nos comportamos de esta forma, cuando ni siquiera nos hemos preocupado lo suficiente por conocernos a nosotras mismas y buscar nuestra propia compañía y aceptación.

Mi primera pregunta para ti es: ¿Te caes bien? Pienso que es más fácil amar de forma sana a los demás cuando nos relacionamos con nosotras mismas de forma saludable.

¿Y qué es amar de forma sana o saludable? Te podrías preguntar.

Para mí, el amor insano es el que en lugar de darte vida, te la quita. En lugar de sumar alegría a tu vida, te la quita y en lugar de disminuir tu dolor, lo aumenta. Si el amor te complica la vida más de lo que la mejora, de cualquier tipo que sea ese amor (de pareja, amistad, familiar): para mí, no es un amor sano.

Si un amor te arruina la vida en lugar de mejorarla, no es un amor sano.

Pero no solo la forma de relacionarnos con los demás puede ser poco saludable. También puede serlo la forma en que nos relacionamos con nosotras mismas, y como decía, es difícil que podamos relacionarnos sanamente con el resto si no sabemos ni cómo hacerlo con nosotras mismas.

Nuestra relación con nosotras tiene que ver con cómo nos hablamos. Tiene que ver con la historia que nos contamos sobre nosotras. Nuestra relación con nosotras tiene que ver con cómo nos tratamos cuando hacemos las cosas bien. Por ej.: ¿Me felicito cuando acierto? Tiene que ver con nuestro trato cuando todo nos sale mal. Por ejemplo: ¿Soy generosa conmigo misma o me machaco cuando cometo errores?

Pero esto no se queda en un plano abstracto. Porque la relación con nosotras incluye, incluso, el cuidado que le damos a nuestro cuerpo físico. Por ejemplo: ¿Cómo gestiono mi alimentación? ¿Hago ejercicio? ¿O a qué tipo de ejercicios someto a mi cuerpo?

Nuestra relación con nosotras incluye el cuidado que le damos a nuestra mente. ¿Qué tipo de contenido consumo y con qué frecuencia lo hago?

Nuestra relación con nosotras tiene que ver con cómo cuidamos de nuestra energía. Por ejemplo: ¿de qué tipo de personas me rodeo, con quién me acuesto o qué tipo de conversaciones mantengo?

Si te das cuenta, todos los aspectos que he mencionado sobre la forma de relacionarnos con nosotras dicen mucho más de nosotras de lo que podríamos suponer.

Saber en qué punto te encuentras en relación a cada uno de estos aspectos ayuda a ver un panorama amplio de quién eres en realidad. Pero también, quién puedes llegar a ser.

Y ahora te hago la pregunta más importante del día: ¿Qué sabes en realidad sobre ti?

La parte buena del reto de conocernos es que tiene solución y vamos a hablar de eso hoy: de soluciones.

Además de que puedes descubrir tu verdadero yo en función de los puntos que ya hemos comentado hasta ahora, te propongo hacer un breve ejercicio que puedes poner en práctica en cualquier momento. Si quieres ir haciéndolo mientras me lees, también vale, adelante.

Este ejercicio consiste en apuntar en un papel o en un cuaderno lo que tienes seguro sobre ti. Y lo vas a hacer respondiendo a una serie de preguntas, te dejo 16 que para mí son claves, pero puedes hacerte otras.

Las puedes responder tanto en su vertiente positiva, como en su vertiente negativa. Porque es bueno saber quién eres, pero no está mal tener claro quién no eres.

Las preguntas son:

1. ¿Cómo te gusta que te llamen? Esta pregunta me parece importante, porque tal vez cuando naciste tus padres te eligieron un nombre, pero no te sientes identificada con él. Si tuvieras que renombrarte, ¿cómo te llamarías?

2. ¿Cuáles son tus valores? Por poner un ejemplo, la vertiente negativa de esta pregunta sería: ¿qué valores no compartes? Y esto lo puedes ir haciendo con el resto de las preguntas que quieras, como ya mencioné antes.

3. ¿En qué o en quién crees?

4. ¿Qué te gusta hacer realmente?

5. ¿Tienes alguna meta que te gustaría alcanzar?

6. ¿Cuáles son tus límites? Hablamos aquí de esas líneas rojas que no estás dispuesta a cruzar o dejar cruzar en cualquier aspecto importante de tu vida.

7. Si tienes miedos que te gustaría superar, ¿cuáles son?

8. ¿Cuáles crees que son tus fortalezas?

9. ¿Qué te enorgullece más de ti misma?

10. ¿Cuál ha sido tu mayor aprendizaje en la vida hasta ahora? O si prefieres hacerla de otra forma: ¿qué crees que necesitas aprender?

11. ¿Cómo te suelen describir los demás?

12. ¿Qué cosas te generan confianza?

13. ¿Por qué amas a las personas que más amas?

14. ¿A quien necesitas perdonar?

15. ¿Qué te suele alegrar cuando estás teniendo un mal día?

16. A raíz de todo lo que has respondido, la última pregunta es: ¿qué has descubierto ahora sobre ti?

Me gustaría decirte que es importante saber quién eres y tenerlo claro, porque a lo largo de tu vida, te vas a encontrar con personas que te van a definir. Cómo te afectará la historia que cuentan sobre ti tiene mucho que ver con qué tanto sabes sobre ti misma.

Hoy te invito a conocerte más y a ser la versión de ti que quieres ser.

Gracias por compartir este momento conmigo.

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